martes, 8 de marzo de 2011

PRIMERA FASE: Chipre, Pisidia, Licaonia y Panfilia. CHIPRE. Hch 13,4-12.

  4 Así pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron ellos a Seléucida y de allí zarparon para Chipre.
5 Llegados a Salamina, se pusieron a anunciar el mensaje de Dios en las sinagogas judías, aunque tenían a Juan como garante del mensaje.

            LA PRUEBA: EL EXCLUSIVISMO JUDÍO.

                  6 Atravesaron la isla entera hasta Pafos y encontraron a cierto individuo, mago de profesión, falso profeta judío, de nombre Barjesús,
7 que vivía con el procónsul Sergio Pablo, hombre juicioso. Éste mandó llamar a Bernabé y Saulo, expresando su deseo de escuchar el mensaje de Dios.
8 Pero les hacía la contra el mago Elimas (que eso significa su nombre), intentando desviar de la fe al procónsul.
                 9 Entonces Saulo, llamado también Pablo, se llenó de Espíritu Santo, fijó la vista en él
10 y dijo:
                 - Tú, plagado de trampas y fraudes, secuaz del diablo, enemigo de todo lo recto, ¿cuándo dejarás de desviar los caminos derechos del Señor?
11 Pues ahora mismo va a descargar sobre ti la mano del Señor: te quedarás ciego y no verás la luz del sol por un tiempo.
                Al instante lo envolvieron densas tinieblas y buscaba a tientas a alguien que lo llevara de la mano.
                12 Entonces el procónsul, al ver lo sucedido, creyó, impresionado por aquella lección del Señor.

EXPLICACIÓN.

                   4 - 12. La iniciativa de la misión, como en el caso de Jesús (Lc 4,1a), la ha tomado el Espíritu (4a). Los autores suelen interpretar la misión unilateralmente como si se tratara de los viajes de Pablo; Lc, en cambio, quiere subrayar su carácter comunitario ("ellos"). La misión en Chipre es programática, como lo fue "el desierto" para Jesús (Lc 4,1b), pero, en contraste con éste, anticipa la ambigüedad de la labor de Pablo (4b).

                  Llegados a Salamina, en lugar de dirigirse a los paganos, la actividad de la pareja misionera se concentra en los judíos (5a, primera vez que aparece el término despectivo "sinagoga de los judíos", lit.; cf. 12,11). Reaparece la figura de Juan, sin el sobrenombre "Marcos" (cf. 12,12.25), calificado con el término técnico de "asistente" (gr. hupêretês), equivalente a "notario/garante" (5b).

                 Se aprecia una contradicción entre el hecho de predicar el mensaje a los judíos y el carácter universal del mensaje de Jesús garantizado por Juan Marcos, quien no puede ejercer su función del evangelista (omisión del sobrenombre y contraposición de dos acciones durativas: "se pusieron a anunciar/aunque llevaban").

                Atraviesan toda la isla con una intención concreta y encuentran en Pafos a un personaje representativo ("cierto individuo"), de nombre Barjesús ("hijo/discípulo de Jesús"), que con artes de magia (cf. 8,9.11) se hacía pasar por un profeta judeocreyente (cf. 11,27): representa a la comunidad fundada en Chipre por los prófugos helenistas a partir de judíos de la diáspora (cf. 11,19) (6).

              Seguidamente presenta Lc.  a otro personaje, el procónsul Sergio Pablo (dos nombres latinos) a quien califica de "hombre sensato": representa al paganismo que convivía pacíficamente con la comunidad judeocreyente, pero que al llegar la comunidad misionera se siente atraído por el mensaje (7).

             Entonces estalla el conflicto: el mago Elimas, o mejor Etimas, lectura conservada por la rec. occ. (corrupción por itacismo del gr. Hetoimas), cuyo significado sería "el dispuesto a todo", apodo que responde a su nombre de Barjesús (cf. Lc 22,33; el discípulo de Jesús autosuficiente, dispuesto a todo, que acabará por renegar de él), le hace la contra intentado disuadir a los paganos de hacerse cristianos. La rec. occ. lo explica añadiendo: "pues los escuchaba con sumo gusto": los paganos escuchan con avidez "el mensaje del Señor" y esto irrita a los creyentes de origen judío, que pretenden mantener el privilegio de Israel como mediador de la salvación (8).

            Saulo entonces cambia de actitud (cambio de su nombre judío por el del procónsul pagano) y, dejándose llevar ahora por el Espíritu (cf. 9,17), desenmascara al falso profeta judío, tildándolo de "hijo/secuaz del diablo", por su tenaz resistencia al proyecto divino (10). Pablo le advierte que se expone a la maldición divina y lo ciega simbólicamente -ceguera que experimentó él en su persona, camino de Damasco (cf. 9,8s)-, para que no siga obstaculizando la misión entre los paganos; con todo, el cambio de actitud de Pablo es sólo pasajero ("por un tiempo", cf. Lc 4,13) (11).

           La escena revela el conflicto interior de Pablo entre su fidelidad al designio de Dios, la misión con los paganos, y su querencia hacia lo judío. La opción correcta de Pablo produce sus frutos: el procónsul se convierte a la fe (12), creándose en Pafos una comunidad de origen pagano.                 

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