miércoles, 16 de marzo de 2011

ATENAS. FRACASO DE PABLO EN EL AREÓPAGO. Hch 17,16-34.

 16 Mientras Pablo los aguardaba en Atenas, se le exasperaba el ánimo al ver la ciudad poblada de ídolos.
17 Así que se puso a discutir en la sinagoga con los judíos y los adictos y, a diario, en la plaza mayor con los que aceptaban a pasar.
18 Incluso algunos filósofos epicúreos y estoicos se pusieron a debatir con él. Unos se preguntaban:
                   - ¿Qué pretenderá decir ese charlatán?
                   Otros, en cambio:
                   - Parece ser un propagandista de dioses extranjeros.
                   (Decían esto porque anunciaba la buena noticia de Jesús y de la resurrección.)
19 Lo cogieron, lo llevaron al Areópago y le preguntaron:
                  - ¿Se puede saber qué es esa nueva doctrina que tú propones?
20 Porque estás introduciendo categorías que nos suenan extrañas y queremos saber qué significan.
                  21 (Es que los atenienses todos y los extranjeros de paso no gastaban su tiempo en otra cosa que en contar o escuchar la última novedad.)
                  22 Entonces, Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
                  - Atenienses, en cada detalle observo que sois extremadamente religiosos.
23 Porque paseándome y fijándome en vuestros monumentos sagrados encontré incluso un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido".
                 Pues eso que veneráis sin conocerlo es precisamente lo que yo os anuncio:
24 el Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene, ese que es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por mano de hombre,
25 ni le sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento y todo.
26 De un solo hombre sacó a todas las naciones para que habitaran la faz de la tierra, determinando las etapas de su historia y los límites de su territorio;
27 quería que buscasen a Dios, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; después de todo, no está lejos de ninguno de nosotros,
28 pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Así lo dicen algunos de vuestros poetas:
                   Porque somos también estirpe suya (Arato, Fenómenos 5).
                    29 Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a oro, plata o piedra, a lo esculpido por la destreza y la fantasía de un hombre.
                   30 Pues bien, Dios, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, manda ahora a todos los hombres, en todas partes, que se enmienden;
31 porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia por medio de un hombre designado por él, y ha dado a todos garantía de esto resucitándolo de la muerte.
                  32 Al oír "resurrección de muertos", unos lo tomaban a broma; otros dijeron:
                  - De eso te oiremos hablar en otra ocasión.
                  33 Sin más, Pablo se salió del corro.
34 Algunos hombres, sin embargo, se le habían juntado y habían creído, entre ellos Dionisio el Areopagita, además de una mujer de nombre Dámaris y algunos otros.

EXPLICACIÓN.

16 - 34.         Pablo, que se encuentra muy solo, se exaspera (lit. "su espíritu se exasperaba en él") al ver la ciudad poblada de ídolos (16). En Atenas modifica su táctica: prosigue el debate en la sinagoga con los judíos y simpatizantes e inicia un debate con los paganos en el ágora (17). Se produce la tercera reacción del paganismo: la primera tuvo lugar en Listra, inspirada por la religiosidad popular, sin animosidad alguna, sino con actitud de suma veneración (14,11-18); la segunda se ha producido en Filipos por introducir costumbres ajenas al mundo romano (16,19-21); la tercera tendrá que ver con la enseñanza (18). Los filósofos epicúreos y estoicos, en representación de la filosofía pagana, lo conducen al Areópago y le hacen preguntas sobre la nueva doctrina (19s). Se describe a los atenienses con una serie de rasgos negativos (21).

                   En su discurso en el Areópago, Pablo sigue la pauta usada por los apologetas judíos para proponer su religión a los paganos cultos (22): la mayor parte de sus afirmaciones eran temas comunes, con diferencia de matiz, a la religión judía y a la filosofía estoica: la unicidad de Dios creador (24),  la autonomía divina (25), la procedencia de todos los hombres de un mismo linaje (26a) y el gobierno del mundo y de la historia (26b); los apologetas judíos admitían incluso que los pensadores griegos habían tenido atisbos del verdadero Dios (27s).

                 En el paréntesis Pablo toma pie del conocido teologúmeno estoico de que "todos somos estirpe de Dios" (el poeta citado es Arato, s. II a.C., pero la frase parece hacer sido ampliamente usada), para invitarlos a la enmienda, al estilo de los predicadores judíos, presentando un Dios indulgente (29s, cf., en cambio, Rom 1,18ss). Pero, al igual que Pedro con Cornelio (cf. 10,42), funda su exhortación en la amenaza del juicio ejercido por un hombre designado por Dios y acreditado por él (31). El tema de la resurrección provoca el escepticismo de los oyentes (32). Queda constancia de una pequeña comunidad pagana (34).

               En Atenas la misión de Pablo ha tocado fondo: por vez primera se encuentra completamente solo; su nueva estrategia no ha dado fruto: no hay siquiera reacción por parte de los judíos; el discurso pronunciado en el Areópago no ha dado mejores resultados que el de Listra (cf. 14,18), aunque también aquí (cf. 14,20) ha quedado un núcleo comunitario, muy culto. Pablo abandona espontáneamente Atenas (18,1), algo inusitado en él, que tan sólo ha cedido ante la persecución de los judíos o las presiones de los paganos (cf. 13,50s; 14,6.19s; 17,5-10.13s).                

8 comentarios:

  1. Si observamos el final del discurso vamos a ver que no fue un fracaso pues "algunos creyeron en el", incluso un areopagita.

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    1. El fracaso es el estilo de competición dialéctica. Ese no es nuestro estilo. Nosotros predicamos con obras no con palabras.

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  3. No fue un fracaso, pues Dios añade a quienes tendrían que añadirse. recuerde que hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente; Dios puede armar un escenario que cueste miles de dolares en una campaña evangelística y si solo uno se arrepiente, toda la inversión valió la pena, porque así Dios nos ama, Él no escatima gastos a la hora de demostrarnos cuan importante somos para Él.

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    1. Las palabras escenario, dinero e inversión... No son cristianas. Dios no va a armar ningún escenario. Lo armarán personas que creen ( o no) en Dios con una finalidad evangélica (o sectaria). Dios no se mete en esas cuestiones. La ostentación no suele venir de Dios, que actúa en las pequeñas cosas y desde situaciones muy humildes. Recuerda cuando Juan y Santiago quieren ser los primeros y Jesús les dice que un chiquillo (servidor de los demás) será el primero en el reino de los cielos. El lujo, la ostentación y las grandes manifestaciones no son visitadas por Jesús que suele estar en esos momentos pidiéndonos que no dejemos morir a un niño de hambre y sed cada cinco segundos.

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  4. Fracaso es el estilo que usa Pablo para predicar. Es un estilo de guerra dialéctica, un estilo de ¡a ver quién es más culto! Ese es el fracaso. Pablo todavía no escucha la voz del Espíritu que le pide que vaya a Roma y que aprenda a enseñar la figura real de Jesucristo, y no un compendio de justificaciones de su existencia basadas en el Antiguo Testamento (libro casi totalmente caducado para los cristianos). Está claro que Lucas, al final de los Hechos, nos hace descubrir que Pablo se dará cuenta de su error y rectificará. Ya lo hizo con anterioridad Pedro que también salió de su error judaizante y entendió en qué consiste el cristianismo. Ese es su error, no que al final surgieran comunidades cristianas que entendieron realmente el mensaje. Un abrazo.

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    1. Hola Elba, estoy de acuerdo que el autor de Lucas-Hechos refleja al final de la historia que Pablo se da cuenta de su obstinación por el judaísmo y cambia radicalmente de actitud abriéndose a los paganos; si te refieres a eso, estoy de acuerdo contigo. Pero gran parte del libro recoge un fracaso continuo de Pablo en su obstinación por reconvertir a los judíos. Gracias por tu comentario.

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