viernes, 11 de febrero de 2011

NUEVO COMPENDIO SOBRE VIDA COMUNITARIA: BERNABÉ, ANANÍAS Y SAFIRA. Hch 4,32-5,16.

   32 En la multitud de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: nadie consideraba suyo nada de lo que tenía, sino que lo poseían todo en común.
33 Los apóstoles deban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho vigor; todos ellos eran muy vistos,
34 porque entre ellos no había ningún indigente, ya que los que poseían campos o casas los vendían, llevaban el producto de la venta
35 y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
                    36 José, a quien los apóstoles dieron el sobrenombre de Bernabé -que significa Exhortador-, clérigo levita, natural de Chipre,
37 poseía un terreno, lo vendió, llevó el importe y lo puso a disposición de los apóstoles.
5  1 En cambio, cierto individuo llamado Ananías, de acuerdo con su mujer Safira, vendió una propiedad
2 y, a sabiendas de la mujer, retuvo parte del precio, llevó el resto y lo puso a disposición de los apóstoles.
                    3 Pedro le dijo:
                    - Ananías, ¿cómo es que Satanás te ha inducido a mentir al Espíritu Santo, reservándote parte del precio del campo?
4 ¿No podías tenerlo para ti sin venderlo? Y, si lo vendías, ¿no eras dueño de quedarte con el dinero? ¿Cómo se te ha ocurrido semejante cosa? No has mentido a hombres sino a Dios.
                  5 A estas palabras Ananías cayó al suelo y expiró, y a todos los que se enteraban los invadía un miedo enorme.
6 Fueron los jóvenes, lo amortajaron y lo llevaron a enterrar.
                  7 Al cabo de un intervalo como de tres horas, llegó la mujer, que ignoraba lo ocurrido.
8 Pedro la interpeló:
                  - Dime, ¿vendiste el campo por tanto?
                  Contestó ella:
                  - Sí, por tanto.
                  9 Pedro le repuso:
                  - ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para provocar al Espíritu del Señor? Mira, los que han enterrado a tu marido están ya pisando el umbral para llevarte a ti.
                 10 En el acto cayó a sus pies y expiró. Al entrar los muchachos la encontraron muerta; se la llevaron y la enterraron junto a su marido.
11 Un miedo enorme invadió a toda la comunidad y a todos los que se enteraban de aquello.
                 12 Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en medio del pueblo. Todos los fieles se reunían unánimes en el pórtico de Salomón;
13 ninguno de los demás se atrevía a juntárseles, aunque el pueblo se hacía lenguas de ellos.
14 Más y más creyentes se iban adhiriendo al Señor, multitud de hombres y mujeres,
15 hasta el punto de sacar los enfermos a la calle y ponerlos en catres y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre algunos de ellos.
16 Muchísima gente de los pueblos de alrededor acudía a Jerusalén llevando enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos ellos se curaban.

EXPLICACIÓN.

4,32-5,16. Segundo sumario, redactado en forma de tríptico (4,32-35; 4,36-5,11; 5,12-16).  La mayoría de los autores, no apercibiéndose de la existencia de un tríptico, lo divide en dos: 4,32-35, segundo sumario, y 5,12-16, tercer sumario. La primera hoja del tríptico (4,32-35) describe brevemente la imagen que presenta la comunidad en el momento aquel. El testimonio de los apóstoles sigue polarizado en la resurrección de Jesús (33). En relación con el primer sumario (2,42-47), se constata un notable desarrollo: mientras antes la comunidad administraba ella misma sus bienes, ahora son los apóstoles quienes se han constituido en administradores de los bienes comunitarios (35a; cf. 4,36; 5,2); se ha pasado del simple reparto (2,45; "lo repartían entre todos") a la distribución equitativa y organizada (4,35; "luego se distribuía").

                 En el centro (4,36-5,11) se contrapesa con tres ejemplos concretos la imagen que se acaba de dibujar. Primer ejemplo, positivo. José "Bernabé", el Consolador o Exhortador (lit. "hijo de consuelo/de la exhortación", uno que es eminente en esa actividad, cf. 11,23; 14,2), pertenece a la tribu de Leví y es de origen chipriota, por tanto un helenista (36). Ése cumple perfectamente con las directrices que rigen en la comunidad (37).

                 Segundo y tercer ejemplos, negativos. Ananías ("Yahvé tiene misericordia") y Safira ("la Hermosa") representan a la comunidad autóctona (5,1: "marido" y "mujer"), de lengua aramea. Su simulación recuerda el sacrilegio cometido por Acán al retener parte de lo consagrado a Dios (Jos 7) (2); han traicionado al Espíritu por no haber roto con su pasado (cf. Lc 9,62) (3,9a) y, no obstante, han simulado haber hecho esta ruptura (4); con ello acarrearán la muerte de una parte de la comunidad, lo mismo que afectó a todo Israel la transgresión de Acán (5.9b-10a). "Los jóvenes" representan a la comunidad joven que da sepultura al pasado (6.10b).

                  La tercera hoja (5,12-16), considerada por la mayoría de comentaristas como el tercer sumario, al desconectarla sin motivo del contexto anterior, describe la proyección de la comunidad hacia afuera. La comunidad creyente aparece ya netamente diferenciada del pueblo de Israel, y aun cuando va todavía al templo, no sube para celebrar la oración litúrgica oficial sino para reunirse en el pórtico de Salomón (12s). La figura de Pedro va adquiriendo cada vez más relieve dentro y fuera de la comunidad (13-16, cf. Mc 6,55s).                 

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