miércoles, 9 de febrero de 2011

I. ORÍGENES DE LA IGLESIA JUDÍA EN JERUSALÉN. CONSTITUCIÓN DE LA COMUNIDAD HEBREA. Elección de Matías: Restauración del número Doce. Lc 1,15-26.

15 Uno de aquellos días Pedro se puso en pie en medio de los hermanos (había una multitud como de ciento veinte personas reunidas con el mismo propósito) y dijo:
16 - Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo había predicho en la Escritura por boca de David acerca de Judas, que hizo de guía a los que prendieron a Jesús.
17 Formaba parte de nuestro grupo y le cupo en suerte este servicio.
18 (A propósito, éste con la paga del crimen compró un campo, se despeñó, reventó por medio y se esparcieron sus entrañas.
19 El hecho fue notorio a todos los residentes en Jerusalén, hasta el punto de llamar aquel campo en su propia lengua Hacéldama, o sea "Campo de Sangre".)
20 En efecto, está escrito en el libro de los Salmos:

                                 Que su finca quede desierta
                                 y no haya nadie que habite en ella,
                                 y que su cargo lo ocupe otro (Sal 69,26; 109,8).

21 Por tanto, uno de los hombres que nos acompañaron todo el tiempo mientras vivía entre nosotros el Señor Jesús,
22 a partir del bautismo de Juan hasta el día en que se lo llevaron a lo alto separándolo de nosotros, uno de ésos tiene que ser con nosotros testigo de su resurrección.
23 Propusieron a dos: a José el llamado Barsabá, de sobrenombre Justo, y a Matías.
24 Y oraron así:
- Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de estos dos has elegido,
25 a fin de que, en este servicio apostólico, ocupe el puesto del que desertó Judas para marcharse al que le correspondía.
26 Les repartieron los votos, el voto recayó en Matías, y fue cooptado por elección a los once apóstoles.

EXPLICACIÓN.

Primera parte de Hechos (1,15-12,25): En correspondencia con la presentación de los dos grandes personajes centrales del Evangelio, Juan Baustista y Jesús (Lc 1-2), Lc consagra la primera parte de Hch a la presentación de las dos grandes comunidades, la iglesia de Jerusalén, de origen arameo y tradición judía (en paralelo con el Bautista, 1,15-5,42), y la iglesia de Antioquía, de origen helenista y tradición "cristiana" (en paralelo con Jesús, el Mesías o "Cristo": 6,1-12,25).

La iglesia de Jerusalén (1,15-5,42): Lc distingue claramente la etapa constitutiva de la comunidad (1,15-2,47) de su etapa manifestativa a Israel (3,1-5,42), en paralelo con la concepción (Lc 1,5-25.39-56) y el nacimiento del Bautista (Lc 1,57-80).

Constitución de la comunidad hebrea (1,15-2,47): Comprende la elección de Matías (1,15-26), la irrupción del Espíritu (2,1-13), el discurso de Pedro (2,14-40) y el primer sumario (2,41-47).

15-26. Los hermanos, "ciento veinte (múltiplo de doce) personas reunidas con el mismo propósito" (15), pretenden completar el número doce, para dar validez perenne al Israel mesiánico, en el que siguen creyendo (cf. 1,6.12): "el propósito" común no es otro que el de erigirse en los verdaderos representantes de Israel. Pedro recurre al libro de los Salmos para justificar la acción que van a llevar a cabo (16.20). El duodécimo miembro tiene que haber sido testigo presencial de toda la vida pública de Jesús y, en particular, de su resurrección (21s).

Dos son los candidatos propuestos: José y Matías. El primero tiene todos los pronunciamientos a favor: "el llamado Barsabá" (nombre arameo; en la rec. occ "Bernabé", cf. 4,36!), "de sobrenombre Justo" (nombre latinizado, Ioustos, título referido en gr. a Jesús, cf. 3,14; 7,52; 22,14); del segundo no se especifica nada (23).

Faltos de discernimiento, recurren a Dios (24). Conscientes, por un lado, de que Jesús no ha querido restaurar el nuevo Israel, definitivamente desarticulado con la deserción de Judas (cf. 1,6s), pero convencidos, por otro, de que la continuidad del nuevo Israel es algo irrenunciable, dan con una solución de compromiso: eluden cubrir el escaño ("su finca") que Judas ha dejado vacante, asignando a quien ha de reemplazarlo tan sólo "su cargo/servicio apostólico" (17.20.25). Con esta estratagema quieren evitar a toda costa que los parientes de Jesús puedan hacer valer las pretensiones del Israel "según la carne" (cf., con todo, 12,17; 15,13-21; 21,18-25).


La forma de adivinar cuál sería la elección divina, "les repartieron votos/suertes y recayó el voto en Matías" (26a), procedimiento inusitado en el AT (donde se habla de "echar suertes", cf. Lc 23,34), cotejada con la frase del v.17: "le cupo en suerte este servicio", insinúa que pretenden elegir como lo hizo Jesús, pero no por inspiración del Espíritu Santo (cf.12), sino por simple votación. La rec. occ. lo explicita: "dieron sus votos" y, en lugar de "fue cooptado por elección a los once apóstoles" (26b), lee: "fue adscrito por elección a los doce ap." dando a entender que, efectivamente, el escaño ha quedado vacío ("los doce apóstoles" son los de antes, por constituir ya un todo indisociable, el colegio apostólico).

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