viernes, 18 de febrero de 2011

GESTACIÓN DE UNA NUEVA IGLESIA. Dispersión de la comunidad helenista. Hch 8,1b-3.

                   1b Aquel día se desató una violenta persecución contra la comunidad que residía en la ciudad de Jerusalén; todos se dispersaron por las comarcas de Judea y Samaría, excepto los apóstoles.
                   2 Enterraron a Esteban unos hombres piadosos e hicieron gran duelo por él.
                   3 Saulo, por su parte, se ensañaba con la comunidad creyente; penetraba en las casas, arrastraba a hombres y mujeres y los hacía encarcelar.

EXPLICACIÓN.

1b-3.              La persecución se ceba en la iglesia helenista que reside "en la ciudad de Jerusalén" (1b, en sentido neutro, gr. Hierosólyma), cuyo portavoz era Esteban: Gracias a la dispersión de la comunidad va a cumplirse el segundo punto del encargo de Jesús; "por las comarcas de Judea y Samaría" (1c, cf. 1,8). La dispersión no afecta a la iglesia autóctona, al excluirse a los apóstoles, sus representantes; la rec. occ. subraya este aspecto añadiendo: "quienes permanecieron en Jerusalén" (en sentido sacral, gr. Ierousalém). Las autoridades judías distinguen muy bien entre los dos grupos de la comunidad, y no ven en peligro más que  en el grupo helenista.

                     Tras la huida precipitada de los helenistas, se produce una doble reacción: "unos hombres piadosos/devotos", en representación  de la humanidad (cf. 2,5), dan piadosa sepultura al ajusticiado intentando reparar de algún modo la injusticia cometida (2, cf. Lc 23,48.50s), mientras que Saulo se constituye en el perseguidor implacable de la iglesia helenista (3). El constante paralelismo entre el proceso de Jesús y el de Esteban (unos 25 paralelos) presenta a éste como el modelo de discípulo.

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