martes, 12 de abril de 2011

SEGUNDA APOLOGÍA DE PABLO, ANTE EL GOBERNADOR FÉLIX. Hch 24,10-27.

10 Cuando el gobernador le hizo señal de que tomara la palabra, Pablo respondió:
                   - El saber que desde hace muchos años administras justicia en esta nación me anima a hablar en mi defensa;
11 tú puedes comprobar que no he pasado más que doce días en Jerusalén desde que subí para participar en el culto;
12 y no me han encontrado discutiendo con nadie en el templo ni causando disturbios con la gente en las sinagogas ni por la ciudad;
13 tampoco pueden aducir pruebas de lo que ahora me acusan.
14 Esto sí te lo reconozco: que sirvo al Dios de nuestros padres siguiendo este Camino -secta lo llaman ellos-, creyendo todo lo que está escrito en la Ley y en los Profetas,
15 con la esperanza puesta en Dios, que también éstos comparten, de que habrá una resurrección de justos e injustos.
16 Por eso también yo me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprochable ante Dios y los hombres.
                    17 Después de muchos años había vuelto para hacer limosnas a mi nación ofrecer sacrificios.
18 De eso me ocupaba yo en el templo cuando me encontraron después de mi purificación, sin turba ni tumulto.
19 Pero ciertos judíos de Asia..., son ellos los que habrían debido comparecer ante ti y acusarme si tenían algo en contra mía.
20 Y si no que digan estos mismos qué crimen encontraron cuando comparecí ante el Consejo,
21 fuera de estas palabras que grité en presencia de ellos: "Hoy me juzgan ante vosotros por la resurrección de los muertos".
                   22 Félix, que estaba bastante bien informado a propósito del Camino, les dio largas diciendo:
                   - Cuando baje el comandante Lisias, examinaré y decidiré vuestro caso.
                   23 Dio orden al centurión de que Pablo siguiera preso, pero dejándole cierto margen y sin impedir que lo asistiera ninguno de los suyos.
                   24 De allí a unos días se presentó Félix con su mujer Drusila, que era judía, mandó llamar a Pablo y lo escuchó mientras le hablaba de la fe en el Mesías Jesús;
25 pero cuando empezó a razonar sobre la honradez de conducta, el dominio de sí y el juicio futuro, se asustó Félix y lo interrumpió:
                   - Por el momento puedes retirarte. Cuando tenga tiempo te mandaré llamar.
                  26 No perdía tampoco la esperanza de que Pablo le diera dinero; por eso también lo mandaba llamar con relativa frecuencia para conversar con él.
                  27 Al cabo de dos años Poncio Festo sucedió a Félix, y Félix, deseoso de congraciarse a los judíos, dejó a Pablo en la cárcel.

EXPLICACIÓN.

10- 27.        Segunda defensa de Pablo (10, gr. ta peri emautou apologoumai, cf. 22,1). "Doce días" (11) es simbólico (Israel), además de ser verdad (cf. 21,17.18.26s: "siete días"; 22,30; 23,11s.31). La "noche" del día duodécimo Pablo se vio forzado a iniciar su éxodo fuera de Jerusalén (cf. 23,23).

                   Pablo rebate los cargos (12s, cf. 24,5s). Presenta una visión sincretista de judaísmo y cristianismo, asimilando su esperanza en la resurrección a la del pueblo judío; por táctica, deja en la penumbra la novedad del mensaje cristiano (14-16). Justifica su presencia en el templo y define los objetivos de la colecta, que hasta ahora permanecían en la oscuridad: no sólo ayudar a su pueblo, sino sostener el culto del templo (17s, cf. v.11).

                  Primera vez que Lc alude a la gran colecta; se comprueba una vez más (cf. 21,24.26) que ésta no ha sido destinada, al menos no en su totalidad, a socorrer las necesidades de los pobres de Jerusalén (cf. Gál 2,10; 2 Cor 8,13s).

                 Para sustanciar el cargo que le hacen de perturbar el orden público, Pablo dice que deberían comparecer los primeros acusadores (19, cf. 21,27s). Se refiere finalmente al juicio ante el Consejo de Jerusalén y cita sus propias palabras (cf. 23,6) que de por sí no dan pie a acusación alguna (20s).

                  Félix aplaza la sentencia (22). Prisión mitigada de Pablo (23). Tampoco la segunda apología ha obtenido resultados positivos.

                  El gobernador pagano y su mujer judía desean informarse sobre la fe en el Mesías Jesús (24). Drusila había estado casada con el rey de Emesa, y Félix se la había quitado usando escandalosas intrigas. Pablo, en lugar de hablarles de Jesús, les propone la doctrina moral común en la época, reforzada por la amenaza del juicio (cf. 17,31); el tema asusta  a Félix (25). Venalidad del gobernador, quien sabe que Pablo ha traído dinero y que, por lo que se ve, no ha podido entregarlo (26). Prolongada prisión e inactividad de Pablo. Festo sucede a Félix hacia el año 55/56 d.C (27).

                 La segunda parte del proceso de Pablo, en Cesarea, corresponde a la comparecencia de Jesús ante Pilato y Herodes.                  

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