viernes, 8 de abril de 2011

CONJURA CONTRA PABLO Y SALIDA PARA CESAREA. Hch 23,12-35.

 12 Al hacerse de día, los judíos tuvieron un conciliábulo y se juramentaron a no comer ni beber hasta que mataran a Pablo.
13 (Los conjurados eran más de cuarenta).
14 Éstos se presentaron a los sumos sacerdotes y a los senadores diciendo:
                  - Nos hemos juramentado solemnemente a no probar bocado hasta que matemos a Pablo.
15 Ahora vosotros, de acuerdo con el Consejo, exponed vuestro deseo al comandante de que mande bajarlo con pretexto de examinar su caso con más detalle. Nosotros estamos dispuestos a eliminarlo antes de que llegue.
                  16 Pero el sobrino de Pablo, hijo de su hermana, se enteró de la emboscada; se presentó  en el cuartel, entró y se lo avisó a Pablo.
                  17 Pablo llamó entonces a uno de los centuriones y le dijo:
                  - Conduce a este joven al comandante, pues tiene algo que comunicarle.
                  18 El centurión se lo llevó, lo condujo al comandante y le dijo:
                  - El preso Pablo me ha llamado y me ha rogado que te traiga a este muchacho, que tiene algo que decirte.
                  19 El comandante lo cogió de la mano y, retirándose, le preguntó aparte:
                   - ¿Qué es lo que tienes que comunicarme?
                  20 Le contestó:
                  - Los judíos se han puesto de acuerdo para rogarte que mañana hagas bajar a Pablo al Consejo con pretexto de investigar su asunto con más detalle.
21 Tú no les hagas caso, pues van a tenderle una emboscada más de cuarenta de sus hombres, quienes se han juramentado a no comer ni beber hasta que lo eliminen. Ya están dispuestos, sólo aguardan a que tú cumplas tu promesa.
                 22 El comandante despidió al muchacho encareciéndole:
                 - No digas a nadie que me has denunciado esto.
                 23 Llamó entonces a dos centuriones y les dijo:
                - Para las nueve de la noche tened preparados doscientos soldados de infantería, que tienen que ir a Cesarea, y además setenta de caballería y doscientos lanceros.
24 Proveed también cabalgaduras para que las monte Pablo y así lo lleven a salvo al gobernador Félix.
                 25 Escribió además una carta en estos términos:
                  26 Claudio Lisias saluda a su excelencia el gobernador Félix.
27 A este hombre lo habían prendido los judíos y lo iban a matar; al enterarme yo de que era ciudadano romano, acudí con la tropa y se lo quité de las manos.
28 Queriendo averiguar el delito de que lo acusaban, lo mandé bajar al Consejo judío;
29 me resultó que las acusaciones versaban sobre cuestiones de su Ley, pero no sobre delitos que mereciesen muerte o prisión.
30 Al ser informado de que se preparaba un atentado contra este hombre, te lo he remitido sin dilación, notificando a los acusadores que formulen sus querellas ante ti".
                 31 Entonces los soldados, siguiendo las órdenes recibidas, cogieron a Pablo y lo condujeron de noche hasta Antípatris;
32 al día siguiente dejaron que los de caballería se marcharan con él y ellos regresaron al cuartel.
33 Éstos llegaron a Cesarea, entregaron la carta al gobernador y le presentaron a Pablo.
34 La leyó y preguntó de qué provincia era; averiguando que era de Cilicia, le dijo:
                  35 - Te daré audiencia cuando se presenten también tus acusadores.
                  Y mandó que quedase detenido en la residencia de Herodes.

EXPLICACIÓN.

12 - 35.       Los judíos no perdonan a Pablo y planean su muerte (12s). Las autoridades saduceas se hacen cómplices del intento de asesinato (14s). La salvación le viene a Pablo a través de sus familiares y del comandante romano (16-22).

                   El comandante decide que Pablo abandone Jerusalén. Inusitada protección. La escolta se compone de la mitad de la guarnición de la ciudad (23). Envía a Pablo al gobernador, máxima autoridad romana en Judea, que reside en Cesarea (24). Carta de presentación. El comandante deforma los hechos. Para mostrar su celo, afirma que salvó a Pablo de la muerte porque sabía que era ciudadano romano, cuando en realidad se enteró de ello solamente al intentar forzarlo a declarar (cf. 22,24-29) (25-30).

                  El nombre de la ciudad, Antípatris ("contra/en lugar de la patria"), alude probablemente a la "nueva patria", el paganismo, adonde Pablo es conducido "en la noche" de su éxodo (31), una vez que había sido rechazado "en su propia patria" (cf. Lc 4,24). Se aplaza el juicio (33-35).

                   La primera parte del proceso de Pablo, iniciado en Jerusalén por el comandante romano (22,30) convocando el Consejo judío (23,1-10) y suspendido por el descubrimiento de la conjura (23,1-10), equivale al interrogatorio de Jesús ante el Consejo judío )Lc 22,66-71).                

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