viernes, 15 de abril de 2011

CUARTA FASE DE LA MISIÓN: ROMA. EL "CALVARIO" DE PABLO. Hch 27,1-26.

27            1 Cuando se decidió que zarpásemos para Italia, entregaron a Pablo y a varios otros presos a cierto centurión de la cohorte Augusta, de nombre Julio.
2 Embarcamos en una nave con matrícula de Adrumeto que salía para los puertos de Asia, y nos hicimos a la mar. Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica.
3 Al día siguiente tocamos en Sidón, y Julio, portándose humanamente con Pablo, le permitió visitar a los amigos para que lo atendiesen.
4 De allí nos hicimos a la mar y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos eran contrarios;
5 luego atravesamos por alta mar frente a Cilicia y Panfilia y llegamos a Mira de Licia.
6 El centurión encontró allí una nave de Alejandría que se dirigía a Italia, y nos hizo embarcar.
7 Durante bastantes días la navegación fue lenta y a duras penas llegamos a la altura de Cnido; como el viento no nos era favorable, navegamos al abrigo de Creta, por bajo del cabo Salmón;
8 después de costear a duras penas la isla, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.
                     9 Se había perdido un tiempo considerable; la navegación era ya peligrosa, porque ya había pasado el ayuno de septiembre. Pablo se lo avisó
10 diciéndoles:
                    - Amigos, preveo que la travesía va a ser desastrosa con gran perjuicio no sólo para la carga y la nave, sino también para nuestras vidas.
                    11 Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave que a las palabras de Pablo.
12 Como además el puerto no era adecuado para invernar, los más se pronunciaron para zarpar de allí, a ver si podían alcanzar Fénix, puerto de Creta orientado al suroeste y al noroeste, y pasar allí el invierno.
                    13 Al levantarse brisa del sur, se figuraron poder realizar su proyecto; levaron anclas y fueron costeando Creta.
14 Pero de allí a poco se desató un viento huracanado, el llamado Euraquilón, procedente de la isla;
15 como la nave, arrastrada por el viento, no podía hacerle frente, nos dejamos llevar a la deriva.
16 Al pasar al abrigo de un islote llamado Cauda, a duras penas pudimos recobrar el control del bote.
17 Lo izaron a borde y reforzaron el casco de la nave ciñéndolo con cables. Temiendo ir a dar contra los bajíos de la Sirte, soltaron el flotador y siguieron así a la deriva.
18 Al día siguiente, como el temporal seguía zarandeándonos con violencia, aligeraron la carga.
19 Al tercer día arrojaron al mar con sus propias manos el aparejo de la nave.
20 Como por muchos días no se dejaron ver ni el sol ni las estrellas y persistía tamaño temporal, se iba disipando toda esperanza de salvarnos.
                  21 Como llevaban mucho tiempo sin comer, Pablo se puso en pie en medio de ellos y les dijo:
                  - Amigos, debíais haberme hecho caso y no zarpar de Creta; os habríais ahorrado este desastre y este perjuicio.
22 De todos modos, ahora os recomiendo que cobréis ánimos, pues ninguna de vuestras vidas se perderá, sólo se perderá la nave;
23 porque esta noche se me ha presentado un mensajero del Dios a quien pertenezco y doy culto,
24 y me ha dicho: "No temas, Pablo, tienes que comparecer ante el César; mira, Dios te ha concedido la vida de todos tus compañeros de navegación".
25 Por eso, ánimos, amigos; yo me fio de Dios y sé que sucederá exactamente como se me ha dicho;
26 tenemos que ir a dar en una isla.

EXPLICACIÓN.

Cuarta fase de la misión: Roma (27,1-28,31): La última y definitiva fase de la misión comprende el "calvario" de Pablo (27,1-26), la noche de "pascua" (27,27-38), la "salvación" de Pablo y compañeros de misión en Malta (27,39-28,10), la travesía de Malta a Roma con la acogida de los hermanos (28,17-22), el momento en que Pablo reconoce que el Espíritu lo ha enviado a los paganos (28,23-28) y un epílogo (28,30s).

1 - 26.          Ejecución de la sentencia, en paralelo con el veredicto de Pilato (1: "Cuando se decidió... entregaron a Pablo...", cf. Lc 23,24s: "Pilato decidió... y a Jesús se lo entregó a su arbitrio"). Reaparecen los "nosotros" en el preciso momento de zarpar hacia Italia ("que zarpásemos"), itinerario señalado por Jesús 8cf. 23,11); habían desaparecido desde la entrevista de Pablo con Santiago (21,18).

                    Lc no se preocupa de indicar el modo como ese grupo ha llegado a Cesarea, pero obliga al lector a preguntarse por los motivos de su reaparición. Desde ahora su presencia será constante en toda la travesía marítima y en el viaje por tierra hasta su llegada a Roma. Todo indica que Pablo vuelve a estar en el buen camino. Durante la prolongada estancia de Pablo en Jerusalén y Cesarea sólo se mencionaron sus allegados (21,29; 23,16; 24,23).

                   Pablo va acompañado de otros presos (cf. Lc 23,32). Salida de Cesarea. La mención de Aristarco, macedonio (cf. 19,29; 20,4), recuerda la entrada de Pablo en Europa por Macedonia (16,9), que habría debido ser el primer paso hacia Roma 8cf. 20,3 y la var. occ.) (2). Deferencia hacia Pablo del centurión romano: en Sidón hay también una comunidad cristiana (3; se inspira en Lc 23,26).

                   Viaje hasta Mira: "los vientos contrarios", primera mención de las fuerzas enemigas del plan de Dios (4s). Cambio de nave; dificultad y lentitud de la travesía: el viento sigue sin serles "favorable" (6s). Escala en Buenos Puertos, en paralelo antitético con el Calvario (8: "llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos", comp. con Lc 23,33: "cuando llegaron al lugar llamado La Calavera").

                   "El ayuno de septiembre" (lit. "El ayuno") hace referencia al Yôm Qippûr (el día de la expiación), equinocio de otoño (9). Aviso de Pablo sobre el peligro de proseguir la navegación 810); a pesar de eso, el centurión decide zarpar de nuevo hacia otro puerto más seguro de Creta, al cual no llegaran (11s).

                   Salida de Buenos Puertos. "Un viento huracanado, el llamado Euraquilón",  se desencadena contra la nave (14), al igual que se desencadenaron contra Jesús las fuerzas adversarias (cf. Lc 23,35-39). La situación se va agravando hasta hacerse desesperada (15-20). El Euraquilón, viento del nordeste, procedente de Europa, podría muy bien representar las fuerzas contrarias del paganismo que se siente amenazado por el rumbo que toma la nave.


                   Pablo asegura a todos la incolumidad personal (21s). Nueva visión de Pablo, también "de noche" (cf. 23,11): el Señor le recuerda que es designio de Dios (gr. dei) que comparezca ante el César 8cf. 19,21; 23,11; 25,10) y le asegura que la vida de sus compañeros de navegación no corre peligro (23s, cf. Lc 23,43), contradiciendo sus propias previsiones (cf. 27,10). Dios lo va llevando a su destino, a pesar de la oposición de los elementos. Confianza de Pablo (25). Nueva alusión al designio divino (gr. dei): la "isla" (lit. "cierta isla") será la nueva tierra prometida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario