4 Así pues, enviados por el Espíritu Santo,
bajaron ellos a Seléucida y de allí zarparon para Chipre.
5 Llegados a
Salamina, se pusieron a anunciar el mensaje de Dios en las sinagogas judías,
aunque tenían a Juan como garante del mensaje.
LA PRUEBA: EL EXCLUSIVISMO JUDÍO.
6 Atravesaron la isla entera
hasta Pafos y encontraron a cierto individuo, mago de profesión, falso profeta
judío, de nombre Barjesús,
7 que vivía con el
procónsul Sergio Pablo, hombre juicioso. Éste mandó llamar a Bernabé y Saulo,
expresando su deseo de escuchar el mensaje de Dios.
8 Pero les hacía la
contra el mago Elimas (que eso significa su nombre), intentando desviar de la
fe al procónsul.
9 Entonces Saulo, llamado
también Pablo, se llenó de Espíritu Santo, fijó la vista en él
10 y dijo:
- Tú, plagado de trampas y
fraudes, secuaz del diablo, enemigo de todo lo recto, ¿cuándo dejarás de
desviar los caminos derechos del Señor?
11 Pues ahora mismo
va a descargar sobre ti la mano del Señor: te quedarás ciego y no verás la luz
del sol por un tiempo.
Al instante lo envolvieron
densas tinieblas y buscaba a tientas a alguien que lo llevara de la mano.
12 Entonces el procónsul, al
ver lo sucedido, creyó, impresionado por aquella lección del Señor.
EXPLICACIÓN.
4 -
12. La iniciativa de la misión, como en el caso de Jesús (Lc 4,1a), la ha
tomado el Espíritu (4a). Los autores suelen interpretar la misión
unilateralmente como si se tratara de los viajes de Pablo; Lc, en cambio,
quiere subrayar su carácter comunitario ("ellos"). La misión en
Chipre es programática, como lo fue "el desierto" para Jesús (Lc
4,1b), pero, en contraste con éste, anticipa la ambigüedad de la labor de Pablo
(4b).
Llegados a Salamina, en lugar de dirigirse a los paganos, la actividad
de la pareja misionera se concentra en los judíos (5a, primera vez que aparece
el término despectivo "sinagoga de los judíos", lit.; cf. 12,11).
Reaparece la figura de Juan, sin el sobrenombre "Marcos" (cf.
12,12.25), calificado con el término técnico de "asistente" (gr.
hupêretês), equivalente a "notario/garante" (5b).
Se
aprecia una contradicción entre el hecho de predicar el mensaje a los judíos y
el carácter universal del mensaje de Jesús garantizado por Juan Marcos, quien
no puede ejercer su función del evangelista (omisión del sobrenombre y
contraposición de dos acciones durativas: "se pusieron a anunciar/aunque
llevaban").
Atraviesan toda la isla con una intención concreta y encuentran en Pafos
a un personaje representativo ("cierto individuo"), de nombre
Barjesús ("hijo/discípulo de Jesús"), que con artes de magia (cf.
8,9.11) se hacía pasar por un profeta judeocreyente (cf. 11,27): representa a
la comunidad fundada en Chipre por los prófugos helenistas a partir de judíos
de la diáspora (cf. 11,19) (6).
Seguidamente presenta Lc. a otro
personaje, el procónsul Sergio Pablo (dos nombres latinos) a quien califica de
"hombre sensato": representa al paganismo que convivía pacíficamente
con la comunidad judeocreyente, pero que al llegar la comunidad misionera se
siente atraído por el mensaje (7).
Entonces
estalla el conflicto: el mago Elimas, o mejor Etimas, lectura conservada por la
rec. occ. (corrupción por itacismo del gr. Hetoimas), cuyo significado sería
"el dispuesto a todo", apodo que responde a su nombre de Barjesús
(cf. Lc 22,33; el discípulo de Jesús autosuficiente, dispuesto a todo, que
acabará por renegar de él), le hace la contra intentado disuadir a los paganos
de hacerse cristianos. La rec. occ. lo explica añadiendo: "pues los
escuchaba con sumo gusto": los paganos escuchan con avidez "el
mensaje del Señor" y esto irrita a los creyentes de origen judío, que
pretenden mantener el privilegio de Israel como mediador de la salvación (8).
Saulo
entonces cambia de actitud (cambio de su nombre judío por el del procónsul
pagano) y, dejándose llevar ahora por el Espíritu (cf. 9,17), desenmascara al
falso profeta judío, tildándolo de "hijo/secuaz del diablo", por su
tenaz resistencia al proyecto divino (10). Pablo le advierte que se expone a la
maldición divina y lo ciega simbólicamente -ceguera que experimentó él en su
persona, camino de Damasco (cf. 9,8s)-, para que no siga obstaculizando la
misión entre los paganos; con todo, el cambio de actitud de Pablo es sólo
pasajero ("por un tiempo", cf. Lc 4,13) (11).
La escena revela el conflicto interior de
Pablo entre su fidelidad al designio de Dios, la misión con los paganos, y su
querencia hacia lo judío. La opción correcta de Pablo produce sus frutos: el
procónsul se convierte a la fe (12), creándose en Pafos una comunidad de origen
pagano.
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