3 Fue a ellos a
quienes se presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que
estaba vivo y, dejándose ver de ellos durante cuarenta días, les habló acerca
del reino de Dios.
4 Mientras comía con
ellos les mandó:
- No os alejéis de la
ciudad de Jerusalén; al contrario, aguardad a que se cumpla la Promesa del
Padre, de la que yo os he hablado;
5 porque Juan bautizó
con agua; vosotros, en cambio, de aquí a pocos días seréis bautizados con
Espíritu Santo.
6 Ellos, por su
parte, se reunieron para preguntarle:
- Señor, ¿es en esta
ocasión cuando vas a restaurar el reino para Israel?
7 Pero él les repuso:
- No es cosa vuestra
conocer ocasiones o momentos que el Padre ha reservado a su propia autoridad;
8 al contrario,
recibiréis fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y así seréis
testigos míos en Jerusalén y también en toda Judea y Samaría, y hasta los
confines de la tierra.
9 Dicho esto, lo
vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.
10 Mientras miraban
fijos al cielo cuando se marchaba, dos hombres vestidos de blanco que se habían
presentado a su lado
11 les dijeron:
- Galileos, ¿qué
hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que se han llevado a lo
alto de entre vosotros vendrá tal como lo habéis visto marcharse al cielo.
VUELTA A
JERUSALÉN: LOS ONCE Y LOS PARIENTES DE JESÚS.
12 Entonces
regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cercano a
Jerusalén, a la distancia que se permite caminar un día de sábado.
13 Cuando entraron,
subieron a la sala de arriba donde se alojaban; eran: Pedro y Juan, Santiago y
Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeo, Simón el Fanático
y Judas el de Santiago.
14 Todos ellos se
perseveraban unánimes en la oración, con las mujeres, además de María, la madre
de Jesús, y sus parientes.
EXPLICACIÓN.
Perícopa puente (3-14): A modo de bisagra entre el primero y
el segundo libro, Lc repite unos mismos temas al final del Ev. (24,36-53) y al
principio de Hch. "Cuarenta días" en Lc 24,1.13.29.33.36 se habla de
un único día que engloba las apariciones y la ascensión. Se trata de un período
simbólico. Alude a la prueba de Israel en el desierto y al tiempo de las
tentaciones de Jesús (Lc 4,1-13); en paralelo con este último caso (cf. Lc
22,28), representa todo el tiempo de la actividad de los discípulos, en que se
va a poner a prueba su fidelidad al encargo de Jesús (3).
Recomendación de permanecer en "la ciudad de
Jerusalén" (gr. Hierosolyma, en sentido meramente geográfico; el simple
"Jerusalén", gr. Ierousalêm, tiene sentido teológico, designando la
institución judía) hasta que reciban el Espíritu, personificación de la Promesa
hecha por Dios a los padres (4, cf. Lc 24,49a). El tiempo de espera e
inactividad será muy breve: de ahí la insistencia en que no emprendan acción
alguna (cf. Lc 24,49b: lit. "quedaos sentados") (5).
Los discípulos, sin embargo, no han renunciado a los ideales
de grandeza de Israel (6). En su respuesta, Jesús distingue dos aspectos: 1)
preguntado por su intención, se remite al designio del Padre, pasando del
horizonte inmediato ("ahora") al del futuro ilimitado: cuándo y cómo
va a intervenir Dios en la historia, es cosa suya, nadie puede manipular sus
planes; y él respeta y secunda la libertad de los hombres (7); 2) les expone la misión de Israel en el
mundo, que no es la restauración de la gloria nacional, sino el servicio a la
humanidad; son los hombres los que han de hacer la historia, y en ella se
insertará la acción de Dios. Les promete el Espíritu, que les dará fuerzas para
realizar su encargo: la misión universal a partir de "Jerusalén" (la
institución judía), pasando por Judea y Samaría (los dos reinos de Israel),
hasta alcanzar los confines de la tierra (simbolizados por Roma, al final de
Hch) (8).
Ascensión (cf. Lc 24,50s). "Dos hombres" (10), cf.
Lc 9,30s (Moisés y Elías) y 24,4. La vuelta de Jesús, como la ascensión, se
verificará sin manifestación de gloria ni poder (11), y se realizará en la
efusión del Espíritu.
Para el "regreso a Jerusalén" (12), cf. Lc 24,52.
La alusión al precepto "sabático" y la segunda mención de
"Jerusalén" revelan el apego de los discípulos a la institución
judía. La lista de los Once no se corresponde exactamente a la de los Doce en
Lc 6,14-16, además de no contener, obviamente, la mención de Judas Iscariote;
el significado de esta figura ("Judas/judaísmo") se traslada ahora a
Judas el de Santiago (13).
La estancia en la "sala de arriba" (13) y la
perseverancia en "la oración" (14), sin calificativo alguno,
describen la misma actitud favorable al judaísmo que habían definido en el Ev.
con la frase conclusiva: "Y estaban continuamente en el templo bendiciendo
a Dios" (Lc 24,53). La mención de los parientes de Jesús se revelará
intencionada.
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