El texto griego de
los Hechos se presenta -caso único entre los libros que componen el Nuevo
Testamento- en dos recensiones principales; una, la "ordinaria", con
ciertas diferencias entre una rama siria o antioquena y otra egipcia o
alejandrina, está representada por la casi totalidad de los códices mayúsculos;
la otra, mal llamada "occidental", bastante divergente y más larga,
se encuentra en los Padres latinos antiguos, en algunos papiros y en un códice
mayúsculo; sobre ella se hicieron la antigua traducción latina y la siria; por
lo que parece, tuvo amplísima difusión en el siglo II tanto en Oriente como en
Occidente.
Las ediciones
críticas adoptan el texto
"ordinario", por considerar el "occidental" como una
revisión posterior. De todos modos, a pesar de lo precario de su transmisión
textual y del peso de las autoridades, nunca han faltado quienes defiendan la
originalidad de la recensión "occidental", por conservar lecturas muy
primitivas. De un análisis minucioso de ambos textos, parece más bien imponerse
que la recensión "ordinaria" tiende a quitar hierro a ciertas
expresiones demasiado atrevidas y a pulir el texto.
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