39 Cuando se hizo de
día, no reconocían la tierra, pero divisaron una ensenada con su playa, y se
propusieron varar la nave allí, si les resultaba posible.
40 Soltaron las
anclas de ambos lados dejándolas caer al mar, al tiempo que soltaban las
correas de los timones, izaron la vela de popa y a favor de la brisa se fueron
acercando a la playa.
41 Pero toparon con
un bajío y encallaron; la proa se hincó y quedó inmóvil, mientras la popa se
deshacía por la violencia de las olas.
42 Los soldados
resolvieron matar a los presos, para que ninguno se escapase nadando;
43 pero el centurión,
decidió a salvar a Pablo, les impidió realizar su propósito; a los que sabían
nadar les mando echarse al agua los primeros y salir a tierra,
44 a los demás les
dijo que se valiesen de tablas o de restos de la nave. Así todos alcanzaron la
tierra sanos y salvos.
28 1 Una vez a salvo, supimos entonces
que la isla se llamaba Malta;
2 los indígenas nos
trataron con una humanidad poco común: como estaba lloviendo y hacía frío
encendieron una hoguera y nos acogieron a todos.
3 Pablo recogió una
brazada de ramas secas y la echó en la hoguera, y una víbora, huyendo del fuego,
se le enganchó en la mano.
4 Los indígenas, al
ver al animal colgándole de la mano, comentaban:
- Seguro que este hombre es
un asesino; se ha salvado del mar, pero la diosa Justicia no le consiente
vivir.
5 Pablo, por su parte,
sacudió al animal en el fuego y no sufrió ningún daño.
6 Los otros esperaban
que de un momento a otro se hincharía o caería muerto de repente; aguardaron un
buen rato y, viendo que no le pasaba nada anormal, cambiaron de parecer y
empezaron a decir que era un dios.
7 En los alrededores de aquel
lugar tenía unos campos el principal de la isla, de nombre Publio; nos recibió
y nos hospedó tres días amigablemente.
8 Coincidió que el
padre de Publio guardaba cama aquejado de fiebre y disentería; Pablo entró a
verlo, oró, le aplicó las manos y lo curó.
9 Como consecuencia
de esto los demás enfermos de la isla fueron acudiendo y se curaban.
10 Ellos a su vez nos
colmaron de atenciones, y al hacernos a la mar nos proveyeron de todo lo
necesario.
EXPLICACIÓN.
27,39-28,10.
Naufragio. El centurión (cf. Lc 23,47) salva a Pablo de una muerte
segura (42s) Llegada "a la tierra", salvación para todos (44).
Reconocimiento de la isla (28,1): "la tierra" (con art.) es figura de
la nueva tierra prometida, tierra de bárbaros (2,4), representada aquí por la
isla de Malta 81). También Pablo, como en otro tiempo el pueblo de Israel,
"ha escapado del mar" (4b).
Juicio contra Pablo, al verlo mordido por
una víbora (3s). Prodigiosamente no sufre daño alguno (5). El Dios de Pablo
está por encima de todo lo que los paganos conocen. Entonces lo consideran un
dios (5s, cf. 14,11). No se comprueba resistencia alguna de Pablo ni se habla
de que les expusiera el mensaje (cf., en cambio, 14,11-18).
Pablo cura al padre de Publio, jefe de la isla, aquejado de fiebre (7s,
cf. Lc 4,38s). Acuden los demás enfermos, y Pablo los cura (9, cf. Lc 4,40s).
Pablo realiza curaciones sólo cuando ejerce la misión entre los paganos (cf.
14,3-10; 15,12; 19,11s). Los paganos los colman de bienes (10).
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